Et presentem un cap de setmana ple d’activitats per a tots i totes.
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La 7a caminata nocturna a la Devesa de Xaló tindrà lloc el 8 d’octubre.
El estudio arqueológico realizado en el solar de la Calle las Parras ha permitido la localización del sector septentrional perteneciente a una necrópolis musulmana. La excavación arqueológica ha exhumado un total de veinte tumbas completas.
La localización de la maqbara en esta zona está íntimamente ligada a la existencia de la alquería musulmana de Ràfol de Xaló. Pese a no contar con un estudio arqueológico profundo, su perímetro se encontraría localizado dentro de la retícula que en la actualidad conforman la calle La Virgen (Verge), junto con las avenidas Joanot Martorell, las Huertas (Hortes) y Santo Domingo (Sant Domènec), más concretamente en la parte septentrional se encontraría el núcleo de la alquería musulmana, que se extiende a lo largo de las calles Mayor, Santa Ana, San Judas, San Cristóbal y Alicante. La necrópolis se encuentra localizada en los terrenos conocidos como el Hort (Huerto) de Jose Vives, que ya aparecen en el plano geométrico de 1847, con función de las tierras destinadas al cultivo agrícola, uso que se ha conservado hasta la actualidad.
La condición del área periurbana de la necrópolis, que se encontraba fuera del núcleo de casas que formarían la alquería pero a su vez muy próxima a estas, cumpliría con los preceptos básicos del Corán con respecto a la ubicación de les necrópolis musulmanas, normalmente ubicadas a les afueras de los núcleos urbanos y próximas a las vías de comunicación.
La necrópolis estaba situada en el área meridional-central del solar estudiado, bordeando directamente los límites de la parte posterior de las viviendas de la calle Las Parras. El área excavada abarcaba una superficie aproximada de unos 400m2.
El cementerio (maqbara) estaba perfectamente organizado, con las tumbas distribuidas de manera paralela al eje de la calle San Rafael y separadas entre ellas por unos intervalos regulares centrados en torno a 1,50m, que dibujaban un especie de islas de tumbas con sus respectivos pasillos para facilitar el paso, contabilizando un total de cuatro filas.
A pesar de que el estudio ha sido de tipo parcial, los datos derivados del mismo indican claramente que esta maqbara tenía unas dimensiones mayores, extendiéndose tanto hacia los solares localizados en los límites occidentales como por el sector meridional bajo de las viviendas actuales de la calle San Rafael.
La excavación arqueológica ha exhumado un conjunto total de veinte sepulturas completas entre las que hemos podido diferenciar dos tipologías de enterramientos. Por un lado, los enterramientos de individuos adultos, y por el otro los infantiles. Estos se caracterizan por su homogeneidad tanto respecto al tipo de enterramiento, como por el tipo de estructura funeraria. Todas las sepulturas están excavadas en el estrato geológico virgen de marga terciaria, popularmente conocida como ‘tap’ (tapón), como indica el rito funerario musulmán. Las fosas son simples de planta pseudo-rectangular con extremos redondeados y sin ningún tipo de recubrimiento interno de la estructura. Además, cuentan con una metrología bastante homogénea, en la que la longitud varía según la condición del individuo enterrado (infantil o adulto) y con un ancho centrados entre los 0,20m y los 0,50m de máxima.
En cuanto a la cubierta de las tumbas hemos documentado dos técnicas de construcción principales:
La cubierta realizada por un doble paramento de tejas árabes perfectamente encajadas en dos niveles (inferior-superior), y trabadas con tierra conforman un tejado que cierra la estructura funeraria. Este tipo de cubierta se ha documentado en todos los enterramientos de individuos no infantiles (95%).
El otro tipo de cubierta es la realizada mediante la utilización de ladrillos de planta cuadrada dispuestos horizontalmente de manera regular aleatoria, formando una fila paralela trabada con tierra arcillosa. Este tipo de cubierta la hemos documentado, asociada exclusivamente a las tumbas de individuos infantiles o neonatos, guardando paralelismos con otras necrópolis musulmanas del territorio de Daniya como la Maqbara Al-Fajjarim de Dénia.
Por lo que respecta a la señalización externa de las tumbas, no hemos constatado la existencia de ningún elemento que cumpliera esta función. Es posible que las posteriores actividades llevadas a cabo en la zona como la transformación del solar en campo de cultivo o la instalación de un conjunto hidráulico en los límites meridionales, formada per una huerta y dos balsas, han modificado el aspecto externo de las tumbas, eliminando cualquier resto de elementos de señalización vertical. Normalmente se hacía mediante la colocación de bloques de piedra en ambos extremos de la tumba, en donde los bloques calcáreos de dimensiones más grandes se disponían a la altura de la cabeza y los bloques de menores dimensiones se disponían a la altura del extremo inferior del cuerpo. Con el objetivo de delimitarla, a veces se utilizaban elementos más suntuarios como las lápidas de mármol y otros tipos de piedra.
Siguiendo las directrices que marca el Corán respecto al rito funerario musulmán, se utilizaba solamente la inhumación individual en fosa simple. Los esqueletos estaban en posición primaria, con una orientación norte-sur y dispuestos en una posición decúbito lateral derecho con la cabeza mirando hacia el este, siguiendo la ubicación de la Meca. La posición de las extremidades es constante en todos los enterramientos documentados. Por lo que a las extremidades superiores respecta, el brazo derecho se extiende paralelo al cuerpo y el brazo izquierdo se situaba ligeramente flexionado con la mano sobre la pelvis. Las extremidades inferiores se disponen de manera que quedan juntas estiradas o ligeramente flexionadas con la pierna izquierda por encima de la derecha. Siguiendo las disposiciones del Corán relativas al rito funerario, el estudio de las sepulturas ha documentado una ausencia total de ajuar en las tumbas estudiadas, como es la norma en las costumbres funerarias islámicas. La no detección de elementos de metal como clavos o agujas, junto a la colocación de las diferentes partes del cuerpo nos proporcionan una visión bastante aproximada de las prácticas de los ritos de preparación y enterramiento de los cuerpos pertenecientes a las sepulturas estudiadas.